miércoles, abril 08, 2015

“A mi madre”


Edmundo D´amicis


Amo el nombre gentil, amo la honesta
aura del rostro que del pecho arranca. 
Amo la mano delicada y blanca
que mi lloro a secar acude presta, 
los brazos donde yo doblo la testa
que a mi trabajo sirven de palanca. 
amo la frente pura, abierta, franca,
donde toda virtud se manifiesta. 
Pero amo mucho más la voz sencilla
que el ánimo conforta entristecido, 
convenciendo y causando maravilla. 
La voz que cariñosa hasta mi oído 
llega al alba a decirme dulce y bajo: 
Hijo mío: ¡Es la hora del trabajo! 

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